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Foto del escritorRicardo Zuñiga

Marcas vs. Imagen Comercial: ¿Sabes la Diferencia?


Las marcas son más que nombres o logotipos; son la representación simbólica de la esencia de una empresa y de sus productos o servicios. Legalmente, una marca se define como un signo distintivo que identifica y diferencia productos o servicios de una fuente específica. Puede ser un nombre como "Coca-Cola", un logotipo como la manzana de Apple, o incluso un color o sonido específico. 


Al mirar más allá de la marca, encontramos la imagen comercial, conocida también como "trade dress". Esta comprende la apariencia visual total y distintiva de un negocio o producto, y puede incluir el diseño y la forma de los productos, la decoración de los locales, los uniformes del personal e incluso el estilo del empaque. 


La imagen comercial lleva la identidad de marca a otro nivel, ofreciendo una experiencia sensorial completa al cliente. Para ser legalmente protegida, la imagen comercial debe ser distintiva y no funcional; es decir, debe servir para identificar el origen comercial del producto o servicio y no estar relacionada con aspectos técnicos o utilitarios. Un ejemplo clásico es el diseño interior de las tiendas Starbucks, cuyos elementos, desde la combinación de colores hasta el mobiliario, crean un ambiente único que trasciende su famoso logo verde.


Estos aspectos nos ayudan a comprender cómo marcas e imagen comercial trabajan juntas para construir una identidad corporativa fuerte y distintiva. Conforman la forma de percepción de marca, influyendo en cómo los clientes ven y se relacionan con una empresa, y destacando la importancia de una imagen coherente y atractiva.


En propiedad intelectual, la diferencia y la complementariedad entre marcas e imagen comercial representan un tema muy interesante. Ambos son componentes esenciales de la identidad corporativa, pero cada uno abarca un aspecto único en la representación y protección de una empresa.



La protección de la marca se centra en evitar que otros utilicen signos similares que puedan confundir a los consumidores. Esta protección es indispensable para mantener la singularidad y el reconocimiento de una marca en el mercado.


Por otro lado, la imagen comercial o "trade dress" abarca el aspecto visual y estético global de un negocio, incluyendo el diseño de productos, la decoración de los locales, los uniformes del personal y más. Esta no solo protege contra la copia directa, sino también contra cualquier imitación que pueda crear una impresión similar en la mente del consumidor. La imagen comercial, entonces, tiene el importante papel de la diferenciación de la experiencia total que ofrece una empresa, más allá de sus productos o servicios individuales.


Un caso emblemático de cómo la imagen comercial puede ampliar la identidad de una marca se ve en cadenas de restaurantes como McDonald's. Aquí, no es solo el logo dorado de la "M" lo que identifica a la marca, sino también el diseño específico de sus locales, los colores utilizados, incluso el estilo de sus menús y la disposición de sus mesas. Estos elementos de diseño crean una experiencia inconfundible que amplía la identidad de la marca McDonald's, haciendo que sus locales sean instantáneamente reconocibles, incluso sin ver el logo.


Otro ejemplo interesante es Apple con sus tiendas minoristas. Si bien el logo de la manzana es icónico, la experiencia de entrar en una Apple Store, con su diseño minimalista, espacios abiertos, y una disposición particular de productos, contribuye significativamente a la percepción de la marca. La imagen comercial aquí, complementa y amplifica la identidad establecida por la marca registrada.


Mientras que la marca se enfoca en el aspecto legal de la identificación y protección, la imagen comercial se centra en la experiencia y percepción sensorial del consumidor. Ambas se entrelazan para formar una identidad corporativa completa y poderosa. La marca puede captar la atención, pero es la imagen comercial la que sumerge al consumidor en el mundo único que cada empresa quiere presentar. Juntas, marcan la diferencia entre una empresa que simplemente vende productos o servicios y una que ofrece una experiencia memorable y distintiva.


La ley de propiedad intelectual protege la imagen comercial bajo ciertas circunstancias. Para recibir protección legal, la imagen comercial de una empresa debe cumplir con algunos requisitos específicos. Primero y principal, debe ser distintiva, lo que significa que es reconocible y asociada de manera única con un producto o servicio específico. Además, no debe ser funcional, es decir, los elementos estéticos que componen la imagen comercial no deben estar dictados por consideraciones prácticas o técnicas.


Una vez que se establece la distintividad y no funcionalidad, la ley de propiedad intelectual puede ofrecer protección contra usos no autorizados que puedan causar confusión en el mercado. 


Un ejemplo clásico de infracción de la imagen comercial podría ser una cadena de cafeterías que imita el estilo y diseño interior característico de Starbucks. Si los consumidores entran a esta cafetería pensando que están en un Starbucks debido a la similitud en la decoración y el ambiente, esto podría considerarse una violación de la imagen comercial de Starbucks.


En tales situaciones, la empresa afectada puede tomar acciones legales para proteger su imagen comercial. Esto puede incluir demandas por infracción, en las que se busca una compensación económica o una orden judicial para detener el uso no autorizado de la imagen comercial.


La protección activa de la imagen comercial de una empresa va mucho más allá de la mera inscripción de un logotipo o nombre comercial. Esta imagen abarca todo lo que representa a la empresa ante el mundo: su diseño, la decoración, y hasta el ambiente que se crea alrededor de ella. Sin una defensa legal adecuada, estos distintivos aspectos corren el riesgo de convertirse en elementos genéricos, perdiendo así tanto su valor como su protección legal.


Uno de los riesgos más grandes de no salvaguardar la imagen comercial es que características únicas se vuelvan comunes y de uso general en la industria. Esto desvincula su asociación única con la marca original. Términos como "aspirina" que en su momento fueron marcas registradas, se volvieron genéricos por su uso común. Lo mismo puede suceder con elementos de diseño o estilos decorativos que son característicos de una marca.


Consideremos el caso de ciertos estilos de restaurantes o tiendas tan populares que son imitados por otros negocios. Sin una protección legal apropiada, estos estilos pueden perder su conexión exclusiva con la marca original y volverse comunes en la industria, diluyendo la identidad de la marca y disminuyendo su valor en el mercado.


Para prevenir que la imagen comercial se vuelva genérica, es esencial adoptar estrategias legales proactivas. Esto implica una vigilancia constante del mercado para detectar y enfrentar cualquier uso no autorizado o imitación de la imagen comercial. En caso de infracción, es fundamental actuar legalmente de manera rápida y decisiva. Esto puede incluir el envío de cartas de cease and desist o iniciar acciones legales para proteger los derechos de propiedad intelectual.


Es igualmente importante informar al público y a la industria sobre la singularidad y relevancia de la imagen comercial de una empresa. Esto puede lograrse mediante campañas de marketing que resalten los elementos distintivos de la marca. Además, mantener la imagen comercial actualizada y fresca es clave para preservar su distintividad y relevancia.


Proteger la imagen comercial es una inversión en la identidad y el futuro de una empresa. Al tomar medidas activas para resguardar estos activos valiosos, las empresas pueden asegurar que su identidad corporativa siga siendo única y distintiva en un entorno de mercado competitivo.


El equilibrio entre marca e imagen comercial es una parte delicada pero esencial en el ámbito empresarial. Mientras la marca actúa como un faro que atrae la atención, la imagen comercial sumerge al consumidor en una experiencia única y distintiva. Juntas, forman una sinfonía visual y experiencial que define la esencia de una empresa. Así que, la próxima vez que entres a tu tienda favorita y sientas esa familiaridad reconfortante, pregúntate: ¿Es la marca lo que reconozco, o es la experiencia completa de su imagen comercial lo que realmente me atrae?


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