La música en tiendas, centros comerciales y restaurantes no es solo un detalle ambiental; su impacto va mucho más allá, afectando la experiencia y la permanencia de los clientes. Al entrar en un establecimiento, la selección musical puede hacer que los clientes se sientan bienvenidos y cómodos, incentivando incluso a la permanencia prolongada y, potencialmente, a un mayor consumo. Sin embargo, es necesario que los propietarios de estos negocios comprendan que la música que suena de fondo no es solo una cuestión de elección artística o de marketing, sino también de legalidad.
Aunque muchos empresarios reconocen el valor añadido que la música puede proporcionar en términos de atmósfera y experiencia del cliente, muchos no están plenamente conscientes de que gran parte de la música está protegida por derechos de autor. El uso indebido de música protegida sin el cumplimiento de las normativas de derechos de autor puede llevar a litigios y sanciones significativas. Por ejemplo, reproducir música sin las licencias adecuadas se considera una infracción de los derechos de autor, ya que se trata de una "actuación pública" según la ley.
Este aspecto requiere que los propietarios de tiendas y restaurantes se eduquen sobre los derechos de autor y obtengan las licencias necesarias para utilizar música de forma legal. Las organizaciones de derechos de ejecución como BMI, ASCAP y SESAC están específicamente dedicadas a monitorear y gestionar los derechos de ejecución pública, asegurando que los creadores de música reciban su debida remuneración. La música, si bien es un elemento importante para crear una experiencia envolvente y acogedora, lleva consigo responsabilidades legales que no deben ser ignoradas por los establecimientos abiertos al público.
Derechos de Autor y la Reproducción Pública
Los derechos de autor en la música son fundamentales para proteger las creaciones de los compositores y artistas. Estos derechos garantizan que los autores tengan el control exclusivo sobre la reproducción y distribución de sus obras. Una parte relevante de estos derechos es el control sobre las "representaciones públicas" de la música. Esta facultad legal permite a los autores o sus representantes autorizar o restringir la ejecución pública de sus obras, lo cual incluye la reproducción de música en lugares como tiendas y restaurantes.
En relación con la ejecución pública de música, existen organizaciones como BMI, ASCAP y SESAC en los Estados Unidos, que son responsables de monitorear y gestionar estos derechos. Estas organizaciones de derechos de ejecución colectan pagos y distribuyen los derechos de autor a los músicos y compositores cuando su música se reproduce públicamente. El rol de estas organizaciones es esencial para asegurar que los creadores reciban una compensación por el uso de su música en espacios comerciales, contribuyendo así al respeto y cumplimiento de los derechos de autor en múltiples plataformas y locales.
Cada vez que un establecimiento reproduce música protegida por derechos de autor, debe asegurarse de tener las licencias correspondientes, adquiridas a través de estas organizaciones. El no cumplir con este requisito puede llevar a demandas por infracción de derechos de autor. Por lo tanto, entender y adherirse a estas regulaciones no solo es una obligación legal sino también una práctica que respeta el trabajo y la creatividad de los artistas.
Para reproducir música en espacios comerciales de forma legal, es esencial obtener licencias que permitan la ejecución pública de obras musicales protegidas por derechos de autor. Los costos de estas licencias pueden variar dependiendo del tamaño del establecimiento y del tipo de uso que se le dé a la música. Por ejemplo, los locales comerciales con superficies mayores requieren licencias específicas que pueden tener un costo mayor en comparación con espacios más pequeños. Los procesos de obtención de estas licencias implican el pago anual a organizaciones de derechos de ejecución como BMI, ASCAP y SESAC, que gestionan los derechos de los artistas y aseguran que se cumplan las normativas de derechos de autor.
¿Y qué pasa si no puedes pagar las tarifas de licencia?
Existen diversas alternativas que permiten a los propietarios de negocios reproducir música sin incurrir en los grandes gastos asociados a las licencias de derechos de autor:
Música de dominio público: Optar por música cuyos derechos de autor hayan expirado es una excelente alternativa. Este tipo de música es accesible de forma gratuita, ya que ha pasado al dominio público debido a que ha transcurrido un tiempo considerable desde la muerte de su autor.
Música grabada específicamente para evadir derechos de autor: Algunos artistas y productores crean música específicamente para ser utilizada libremente, sin los costos asociados a los derechos de autor. Estas obras son ideales para negocios que buscan música ambiental sin complicaciones legales.
Servicios de música comercial para negocios: Existen servicios diseñados específicamente para el uso comercial que ofrecen planes adaptados a las necesidades de los negocios, asegurando la legalidad del uso de la música y el pago a los creadores sin la necesidad de gestionar múltiples licencias.
Radio como solución libre de tarifas: Reproducir música a través de la radio es generalmente libre de tarifas, pero esta opción tiene limitaciones, como el número de altavoces permitidos y la imposibilidad de controlar la selección de música, lo que puede no ser ideal para todos los ambientes comerciales.
Estas alternativas ofrecen formas viables y económicas de incluir música en entornos comerciales, evitando los costos elevados y las complejidades legales de las licencias tradicionales de derechos de autor.
Obtención de Licencias en Guatemala y Latinoamérica
Para obtener licencias de música en Guatemala y otros países de Latinoamérica, los propietarios de negocios deben acudir a las organizaciones de gestión colectiva locales que administran los derechos de autor de las obras musicales. En Guatemala, por ejemplo, la entidad responsable es la Asociación Guatemalteca de Autores y Compositores (AGAYC), mientras que en otros países de Latinoamérica, organizaciones como la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (SADAIC) o la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) cumplen roles similares.
El proceso para adquirir las licencias usualmente implica contactar a estas organizaciones directamente, ya sea a través de sus sitios web o mediante una visita a sus oficinas. Los negocios deben proporcionar detalles sobre cómo se utilizará la música, por ejemplo, si es para ambientación en un local o para eventos en vivo. Estos detalles ayudarán a determinar el tipo de licencia necesaria y el costo asociado.
Una vez que se establece el tipo de licencia requerida, el proceso de pago puede variar según el país y la organización. Generalmente, se puede realizar a través de transferencias bancarias o pagos en línea. Las organizaciones de derechos de autor ofrecen diferentes planes de pago, incluyendo tarifas anuales o pagos por evento específico, lo cual permite a los negocios elegir la opción que mejor se adapte a sus necesidades operativas y financieras.
Ricardo Zúñiga
Abogado y Notario
Commentaires